Gestión creativa de las interrupciones

Uno de los aspectos importantes de la gestión del tiempo es el qué hacer con las interrupciones. En 30 minutos de trabajo ininterrumpido sacaremos más trabajo adelante que en toda una mañana de continuas interrupciones: visitas inesperadas a nuestro lugar de trabajo, llamadas de teléfono, etc. Por otro lado, si reunimos en poco tiempo un gran número de acontecimientos inesperados, es probable que, nuestra planificación previa, lo que teníamos programado hacer, sea totalmente imposible de llevar a cabo.

Hasta ahora, todo lo que había leído sobre interrupciones se centraba en como evitarlas:

  • reservar un período de tiempo al día en el que ‘no estoy para nadie’
  • hacer algo de trabajo fuera de la oficina, con el movil apagado
  • responder ‘no’, cuando te pregunten ¿tienes un mínuto?

Por eso me sorprendió tanto en su día el planteamiento de Stephanie Winston: las interrupciones no se deben evitar necesariamente, de hecho, hay directivos de fama mundial cuyos métodos estudió esta autora, que invitan a sus colaboradores a que los interrumpan: estar disponible para todos los que le rodean, a fin de mediar en las crisis, estudiar ideas o, simplemente, estar presente, es uno de los factores de éxito de estos ejecutivos. Parece entonces que, lo que se ha de perseguir, más que evitar las interrupciones, es encauzarlas y verlas como una oportunidad, citando literalmente a Stephanie Winston:

Muchos de los altos ejecutivos de Estados Unidos gobiernan sus empresas -recogen información, solucionan problemas, ejercen influencia y facilitan los objetivos prioritarios- por medio de los contactos casuales, improvisados, que los demás llamamos interrupciones.

 

Lo que el liderazgo NO es

Una posibilidad que debe explorarse cuando se está tratando de saber en que consiste realmente el liderazgo es plantearse una definición negativa ¿qué es lo que solemos confundir con liderazgo, pero en realidad NO es liderazgo?.

  • No es dirección de empresas. Es cierto que muchos de las páginas escritas sobre liderazgo se ubican en el ámbito empresarial, pero es obvio que existen infinidad de lideres en ámbitos ajenos al mundo de los negocios, y que muchas personas que se dedican profesionalmente a la dirección de empresas no ejercen el liderazgo. Una cita de Lee Iacocca para ilustrarlo:

A veces hasta el mejor gerente es como aquel niño que pasea un perro grande y espera a ver dónde quiere ir el animal para entonces llevarlo allá.

  • No es éxito en ventas. Dentro de la profesión comercial existen grandísimos profesionales que, en su afán de superación para hacer bien su trabajo, desarrollan habilidades personales que tienen puntos de coincidencia con las del lider, sin embargo, la gente les compra no les sigue, y su influencia se concentra en un momento dado, sin pretensión de continuidad.
  • No es conocimiento o inteligencia. El conocimiento es poder dijo Sir Francis Bacon, pero hay grandes sabios o personas muy inteligentes que son nulidades como líderes.
  • No es posición. No todo el que está en posición de ejercer poder sobre los otros por su cargo o puesto es lider, y existen líderes totalmente desprovistos de rango, se resume esta idea en una cita de Stanley Huffty:

No es la posición lo que hace al líder; es el líder el que hace la posición.

Estado anímico productivo

Según un estudio realizado por Gerald Kushel, y citado por Antonio Valls en Las 12 habilidades directivas clave, y que parte del estudio psicológico de los profesionales de éxito poco común, existe un estado anímico concreto que permite a los individuos ponerse metas, sumergirse de lleno en sus actividades, prestar atención a lo que están haciendo y, todo ello, disfrutando de sus experiencias. Este estado anímico se caracteriza por tres elementos esenciales y profundamente relacionados entre sí:

  • Paz interior
  • Sentido de propósito
  • Espíritu de aventura

Y están interrelacionados porque sin ‘paz interior’ no se puede crear el ‘sentido de propósito’, y sin una visión clara de nuestros objetivos, todo aquello que contradiga nuestros deseos nos provocará un desorden psíquico que nos impedirá tomarlos la vida como una aventura.