Los cincos miedos al cambio más comunes

Cuando nos enfrentamos a un cambio (lo que ocurre constantemente), es natural que nos veamos afectados por el miedo, muchas veces irracional, que siempre nos empuja a reaccionar contra lo nuevo.

En el libro Lo que saben los líderes sobre la gestión del cambio, se enumeran los cinco miedos al cambio más comunes. Conocerlos y reflexionar sobre ellos puede ayudarnos a mantenerlos alejados si somo nosotros los que estamos siendo afectados por el cambio, o puede ayudarnos a tomar medidas contra cada uno de esos miedos si nos toca ser agentes e impulsores del cambio.

  1. ¡No sé que pasará! Este miedo es innato al ser humano, como lo demuestra la querencia por las artes adivinatorias que tratan de aliviar esta incertidumbre.
  2. ¡No sé como actuar! En momentos de cambio nos da miedo el no saber que hacer, un ejemplo claro de este tipo de miedo es el que sienten los padres primerizos ante su nuevo bebé.
  3. ¡Perderé cosas! No se refiere ese miedo a lo que perdemos realmente en momentos de cambio, si no a lo que ya tenemos y tememos perder en la nueva situación, las perdidas potenciales que imaginamos.
  4. ¡No tendré las habilidades necesarias!En situaciones de despido, un miedo intenso a ser incapaz de encontrar trabajo por no poseer las habilidades necesarias, puede impedirnos actuar de modo inteligente para recuperar la estabilidad
  5. ¡Perderé relaciones! El último miedo de la lista se refiere a sentirse rechazado.

Habilidades necesarias para iniciar un negocio

El norteamericano de raza japonesa, Robert Kiyosaki, en su bestseller Padre Rico, Padre Pobre enumera las tres habilidades que necesita un emprendedor para iniciar su propio negocio:

  1. Administración del flujo del dinero en efectivo
  2. Gerencia de personas.
  3. Gestión del tiempo propio

Según este autor, si estamos pensando en emprender, es más importante enfocarse en el desarrollo de estas tres habilidades que en el producto o servicio que se vaya a ofrecer, y para eso, tiene gran importancia la autodisciplina.

7ª ley de Maxwell: la ley del respeto

Hace más de un año dediqué un post a la primera ley del liderazgo de Maxwell, con la intención de ir refiriéndome a todas y a cada una de ellas en este blog. Me pareció una buena forma de aprehender las leyes: para escribir sobre ellas debo primero interiorizarlas de algún modo.Revisando el blog, veo que la última vez que me dediqué a esto de Las 21 Leyes del Liderazgo de Maxwell, me refería a la sexta, así que hoy, sin duda, le toca a la séptima: la ley del respeto:

Por naturaleza, la gente sigue a líderes que son más fuertes que ellos mismos

Maxwell ilustra esta ley con la historia de Harriet Tubman, una mujer negra líder abolicionista que guió a cientos de esclavos hacia la libertad por el llamado ferrocarril subterráneo (una red de apoyo a los esclavos fugitivos). De lo que nos habla la vida de Harriet Tubman, además del propio enunciado de la ley, es del tipo de fortaleza a la que se refiere: Harriet la tenía toda, a pesar de ser mujer y negra, en una machista sociedad esclavista, se la ganó con la libertad de más de 300 personas, en 19 viajes realizados entre 1850 y 1860.

Otra anécdota que cita el autor al explicar la ley de Maxwell, sucedió a principio de los años setenta, cuando el jugador de baloncesto, Bill Walton, entró al equipo de UCLA (Universidad de California Los Angeles) dirigido por John Wooden, quien dijo a los jugadores que no se les permitía tener vello facial. El recién llegado Walton, en un intento de asegurar su independencia, dijo que él no se afeitaría la barba. La respuesta sensata de Wooden fue: “Bueno, Bill, te vamos a extrañar”. Walton se afeitó la barba. John Wooden fue respetado por Bill Walton porque el entrenador era un lider más fuerte.