El hacha del vecino de Ben Franklin

Cuenta en su autobiografía el bueno de Benjamín Franklin la siguiente anécdota:

Es como el hombre que después de comprar un hacha a mi vecino herrero quería tener toda su superficie tan brillante como el filo; el herrero accedió a pulírsela tan brillante si él le daba vueltas a la rueda. Así la giró mientras el herrero presionaba firme y fuertemente la ancha hoja del hacha sobre la piedra, lo que hacía muy fatigoso dar las vueltas. el hombre venía desde la rueda a cada momento para ver como iba el trabajo, y al fin tomó su hacha como estaba sin pulirla más:

- No –le dijo el herrero- da vueltas, da vueltas; haremos que se pula poco a poco, ya que aún está llena de manchas.

- Sí –le contestó el hombre- pero parece que me gusta más un hacha con manchas.

Y la trae a colación a propósito de su gusto personal por el orden, y al esfuerzo que le suponía tener cada cosa en su sitio. Tanto esfuerzo le costaba, que muchas veces estuvo cerca de abandonar su empeño en ser ordenado, pensando que, si se supiera lo mucho que se exigía a sí mismo en ese aspecto, podría parecer ridículo, y que un hombre bueno debe de permitirse algún defectillo, para ser tolerado por sus amigos. Estuvo cerca de abandonar… pero no abandonó, y aunque se quedó lejos de la perfección que ambicionaba, el continuo esfuerzo realizado persiguiendo dicha perfección lo hizo ser un hombre mejor y más feliz.

Lo que se extraé de esta historia:

  • La excelencia personal tiene un precio muy alto (nuestro esfuerzo) que tenemos que pagar nosotros y nadie más.
  • Si nos empeñamos a ser perfectos, algún día seremos buenos.

¿Qué son los valores?

Alguna vez comenté en este blog la importancia de definir los valores dentro de la realización de un plan estratégico personal, así que he pensado que sería buena idea dedicar algún post a definir y concretar valores (ej. excelencia, integridad, servicio, libertad, seguridad…), pero, puestos a definir, antes de entrar en valores concretos me gustaría responder a esta pregunta:¿qué son los valores?

1. Los valores son convicciones profundas de los seres humanos que determinan su manera de ser y orientan su conducta.

La solidaridad frente a la indiferencia, la justicia frente al abuso, el amor frente al odio.

2. Los valores involucran nuestros sentimientos y emociones.

Cuando valoramos la paz, nos molesta y nos hiere la guerra.
Cuando valoramos la libertad nos enoja y lacera la esclavitud.
Cuando valoramos el amor y lastima el odio.

3. Valores, actitudes y conducta están relacionados.

Los valores son creencias o convicciones de que algo es preferible y digno de aprecio. Una actitud es una disposición a actuar de acuerdo a determinadas creencias, sentimientos y valores. A su vez las actitudes se expresan en comportamientos y opiniones que se manifiestan de manera espontánea.

valores

4. Los valores se jerarquizan por criterios de importancia

Cada persona construye su escala de valores personales. esto quiere decir que las personas preferimos unos valores a otros.

5. Los valores más importantes de la persona forman parte de su identidad. orientan sus decisiones frente a sus deseos e impulsos y fortalecen su sentido del deber ser.

Por ejemplo, una maestra responsable hará todo lo que esté en sus manos para que sus alumnos alcancen los objetivos educativos del ciclo escolar, se sentirá mal consigo misma si por razones claramente atribuidas a ella, los niños no reciben las oportunidades de aprendizaje que debieran. Solo sentimos pesar al hacer algo incorrecto cuando el valor en cuestión es parte de nuestro ser.

Fuente;calendario de Valores 2007-2008

Las virtudes de Benjamin Franklin y su método de autoexamen

Benjamin Franklin Ya sea por su relevante papel en la fundación de los Estados Unidos de Ámérica (no en vano su rostro está impreso en los billetes de 100 dolares)  o por su labor como inventor (pararrayos, aletas de nadador, lentes bifocales…) seguro que todos hemos oído hablar de Benjamin Franklin.

Según recoge en su autobiografía, en torno a 1728 (contaba 22 años) se propuso alcanzar la perfección moral, y pronto cayó en la cuenta de que para lograr su propósito no bastaba con querer ser totalmente virtuoso. Elaboró una lista de virtudes, intentando englobar todo lo que le parecía bueno y deseable y optando por poner más nombres y menos ideas, antes que más ideas y menos nombres. Así obtuvo esta lista de 13 virtudes:

  1. Templanza: No comer hasta hartarse. No beber hasta alegrarse.
  2. Silencio:No hablar sino lo que beneficie a otros o a uno mismo. Evitar las conversaciones frívolas.
  3. Orden: Colocar cada cosa en su sitio. Dedicar a cada parte de nuestro negocio su tiempo.
  4. Determinación: Decidirse a llevar a cabo lo que sea necesario. Llevar a cabo sin falta lo que se decida.
  5. Frugalidad: No gastar excepto para beneficiar a otros o a uno mismo, es decir, no desperdiciar nada
  6. Diligencia: No perder el tiempo. Estar siempre ocupado en algo útil. Cortar todas las acciones innecesarias.
  7. Sinceridad: No utilizar ningún artificio nocivo. Pensar con inocencia y justicia, y, si hablamos, obrar en consecuencia.
  8. Justicia: No perjudicar a nadie diciendo injurias u omitiendo las buenas obras a que estamos obligados.
  9. Moderación: Evitar los extremos. Evita sentirse ofendido por las injurias tanto como creas que lo merecen.
  10. Limpieza: No tolerar la suciedad en el cuerpo, vestido o habitación.
  11. Tranquilidad: No te molestes por nimiedades o por accidentes comunes o inevitables.
  12. Castidad: Usar rara vez el sexo excepto para la salud o descendencia; nunca hasta la torpeza o debilidad, o perjudicar nuestra paz o reputación, o la de los demás.
  13. Humildad: Imitar a Jesús y a Sócrates.

Debe indicarse que el orden establecido de las 13 virtudes no es casual, si no premeditado y elegido por Franklin (por ejemplo, una vez obtenida y consolidada la virtud de la templanza, lograr el silencio será más fácil).

Es muy probable que cada uno de nosotros hubiera elegido otras virtudes, o las habría definido de distinta forma, pero el método que Benjamin Franklin utilizaba para autoevaluarse, nos servirá a todos. Cada semana se centraba en una sola de las virtudes (enfoque), y se esforzaba en ser fiel a ella en todos y cada uno de sus actos, dejando las otras doce a su suerte natural, a la noche, en su diario, cubría un cuadro similar a este (él utilizaba la inicial de las virtudes, yo he puesto el nombre completo):

 

Lunes

Martes

Miérc.

Jueves

Viernes

Sábado

Domingo

Templanza

             

Silencio

             

Orden

             

Determinación

             

Frugalidad

             

Diligencia

             

Sinceridad

             

Justicia

             

Moderación

             

Limpieza

             

Tranquilidad

             

Castidad

             

Humildad

             
 
Por cada falta cometida el lunes contra la virtud “templanza”, anotaba en la casilla correspondiente un pequeño punto negro. Su objetivo pues, era lograr pasar la primera semana sin anotar ni un solo punto en la primera línea, para poder luego en la segunda semana ampliar su atención al silencio, por estar ya el hábito de la templanza adquirido. Con este método y trece virtudes, podría hacer un recorrido completo en trece semanas y cuatro en un año. Al empezar a usar este método le sorprendió a Benjamín encontrarse con más faltas de las que había imaginado, pero logró hacerlas disminuir. No nos cuenta si llegó a realizar el objetivo de no hacer ninguna marca, en ninguna de las virtudes.